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miércoles, 21 de abril de 2010

La evaluación
La evaluación de la enseñanza y el aprendizaje, se orienta a reflexionar, interpretar y con ello busca la mejora continua del proceso educativo; esto es, ocuparse de realizar las adecuaciones pertinentes y oportunas para promover aprendizajes significativos. con el propósito de considerar a los alumnos como personas en crecimiento, maduración y formación de identidad personal.
La evaluación tiene el propósito de valorar los logros y proponer alternativas para los obstáculos identificados "el acto de valorar una realidad que forma parte de un proceso, cuyos momentos previos son los de fijación de las características a valorar y la recogida de información de calidad sobre las mismas y cuyas etapas posteriores son la toma de decisiones en función del juicio emitido" (Pérez Ramos,1989).
La evaluación del aprendizaje tiene una función pedagógica y una función social. Desde el punto de vista pedagógico, se evalúa para diseñar y adecuar la enseñanza a las características del alumno en una situación concreta; es proceso continuo de evaluación de los procesos de aprendizaje y a la vez del de enseñanza. La evaluación social se dirige a la selección, promoción, acreditación y certificación.
ejemplos:
• Pasar de un grado a otro superior
• Certificado de nivel, título
• Selección para formar parte de algún grupo
Amplitud y complejidad, El grado de amplitud y complejidad y la potencialidad de lo aprendido se relaciona con el nivel de comprensión metacognitiva logrado: saber qué sabe, cómo lo sabe, en qué y para qué contextos es útil lo que sabe.
• Funcionalidad, la utilización de los aprendizajes en situaciones futuras de aprendizaje y/o para la solución de problemas; cómo aplica lo aprendido en la construcción de nuevos aprendizajes y para explorar, descubrir y solucionar problemas derivados de los mismos.
• Evaluar en forma continua para valorar el control y responsabilidad del alumno del grado de avance en el manejo de los contenidos, un control autónomo.
• Evaluar con la intención de que los alumnos aprendan a desarrollar su propia autoevaluación y con ello la autorregulación, lo que implica la práctica de estrategias de evaluación mutua, de coevaluación y de autoevaluación.
Evaluación mutua: la evaluación de un alumno a otro alumno
Coevaluación: la evaluación conjunta del alumno y el maestro
Autoevaluación: la evaluación que el alumno realiza sobre sus aprendizajes.
• La evaluación debe estar en relación directa con los objetivos de aprendizaje; que se pueda comprobar que los conocimientos, habilidades y destrezas y/o actitudes responden en forma precisa a la realización de la tarea prevista y a los objetivos planteados.
• Evaluar lo que se había previsto lograr, por lo que se requiere de asegurarse que la técnica o procedimiento elegido sea pertinente y a la vez práctico y funcional que facilite el registro e interpretación. La información obtenida permite tomar decisiones sobre la eficacia de las estrategias de enseñanza, la planificación didáctica, la dinámica del grupo, etc.,
La evaluación está presente antes, durante y al finalizar el proceso E-A para ofrecer al alumno la oportunidad de llevar su propio control de aprendizaje al identificar no solo si logró o no los objetivos propuestos, sino en qué nivel. El alumno reflexiona y toma decisiones con base en su desempeño académico, obtiene información a modo de “retroalimentación” y motivador y con ello desarrolla un sentido de compromiso personal con su proceso de aprendizaje.
Al profesor le ayuda a llevar un control de la calidad del proceso de aprendizaje ya que puede llevar un control sistemático y objetivo del avance de cada participante en relación con el objetivo. La evaluación es un indicador para la revisión, adecuación y mejora constante de sus procedimientos y métodos de enseñanza, ya que le proporciona retroalimentación sobre todo el proceso de enseñanza-aprendizaje; lo que le permite orientar a los alumnos sobre sus logros, evitando juicios subjetivos y preferencias con respecto a la ejecución individual.
La evaluación debe ser planificada y estructurada en el diseño considerando:
1. Que la situación de evaluación parte de un principio de equidad para todos los alumnos.
2. Que las respuestas o actividades de los participantes estén previstas para unificar el criterio de apreciación.
3. Que la forma de calificar sea la misma para todos los casos, sin que influya la personalidad del profesor.
4. Que se prevea una forma de registro de los resultados para el control adecuado.
5. Que los resultados sean conocidos por los alumnos para que corrijan sus errores y refuercen cuando sea necesario.
La evaluación:
• Informales. De breve duración, son las que utiliza el profesor durante la secuencia de enseñanza para valorar el desempeño de los alumnos en un momento preciso, sin que el alumno perciba que es evaluado. Estas pueden ser la observación - sistemática o asistemática, abierta o focalizada - de las actividades realizadas (Casanova, 1998; Bolívar, 1998; Zabalza, 1998); preguntas del profesor durante la clase para estimar el nivel de comprensión del alumno sobre el tema que se está revisando.
• Formales. Éstas requieren de un proceso de planeación y elaboración específico y son percibidas como “evaluaciones “verdaderas”. Las que se utilizan comúnmente son: pruebas o exámenes, generalmente escritas (situaciones controladas para verificar el rendimiento académico o aprendizaje logrado); mapas conceptuales (recursos gráficos para representar jerárquicamente conceptos y proposiciones); pruebas para evaluación del desempeño (situaciones en las que el alumno demuestra las habilidades desarrolladas para tareas específicas).

Bibliografía
PAG, CONSULTADAS EN http://www.unid.edu.mx/
Diseños Y Estrategias Instruccionales, Pág. 14-20

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